William Gibson transforma en guión un relato propio para el debutante Robert Longo siguiendo estelas muy claras: Desafío total y, en menor medida, Blade Runner, dos títulos clásicos de la ciencia ficción, tanto fílmica como novelada. La idea inicial es sugestiva. En el siglo XXI, los cerebros de algunas personas son utilizados para transportar información: su capacidad de almacenamiento, con las nuevas tecnologías, supera la del soporte óptico o magnético más sofisticado. Johnny Mnemonic es uno de estos disquetes con patas; hacerse con los datos que guarda su cerebro desata una lucha a muerte entre la mafia japonesa y un grupo de resistencia contra el orden establecido.
La película entretiene a ratos. El guión es flojo, y en ocasiones acude a personajes tan endebles como injustificados, como el ridículo predicador. El director, al ver que el film se le va de las manos, recurre a lo fácil: ofrecer escenas de acción trepidante, vengan a cuento o no, convenientemente aderezadas con estridente música moderna.
Director: Robert Longo
Intérpretes: Keanu Reeves, Dina Meyer, Ice-T, Takeshi Kitano, Dennis Akayama, Dolph Lundgren, Henry Rollins, Barbara Sukowa, Udo Kier
Argumento: William Gibson (relato)
Guión: William Gibson
Música: Brad Fiedel
Fotografía: François Protat
Año: 1995
País: EE.UU., Canadá
Duración: 98 min.
Género: Ciencia ficción
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