Con Acordes y desacuerdos Allen rinde un homenaje explícito a su muy amado jazz. La banda sonora de sus películas siempre la ha presidido esta música, pero aquí inventa a Emmet Ray, un guitarrista de jazz de los años 30 supuestamente legendario, del que diversos personajes auténticos, incluido el propio Allen, cantan su talento. Con un esquema narrativo que recuerda a Toma el dinero y corre y Zelig, el director salpica el relato de declaraciones de personas que evocan la figura de Ray, su egocéntrica personalidad y su personal aportación al jazz. Entre medias, se desliza la historia del guitarrista, sobre todo en su vertiente amorosa. Y es aquí, sobre todo, donde Allen acierta de pleno. Pocas veces se ha visto contada de modo más sentido una historia de amor. Allen demuestra una prodigiosa sensibilidad. Para empezar, define a sus personajes a las mil maravillas. Ray es un egocéntrico. Con talento, va a lo suyo. A su bola. Sean Penn le presta cuerpo y alma, y consigue el milagro de que amemos a este personaje. Somos incapaces de guardarle rencor, aunque se lo gane a pulso. El amor pasa a su lado en forma de Hattie, una chica muda. Ella no es demasiado inteligente. Bonita, ingenua, luminosa, dulce, sensible... Una joya, a pesar de que no pueda hablar. El director nos presenta a otras mujeres importantes en la vida de Ray, como la Blanche de Uma Thurman, pero el corazón de esta película es la historia de amor con Hattie que tiene un antes y un después. El reencuentro con Hattie es causa de dos de las mejores secuencias que ha dado nunca la cámara de Allen, verdadera poesía con mayúsculas. El director coge de improviso el corazón del espectador y lo estruja sin misericordia. De pocas maneras se puede expresar mejor el gran error de Ray. Con su otro amor, la guitarra entre sus manos, Allen nos habla también de lo que puede ser una disyuntiva en la vida del artista. Si uno se viera forzado a elegir, ¿qué debería ir antes, el amor o el arte?
TRAILER
A comedic biopic focused on the life of fictional jazz guitarist Emmett Ray. Ray was an irresponsible, free-spending, arrogant, obnoxious, alcohol-abusing, miserable human being, who was also arguably the best guitarist in the world. We follow Ray's life: bouts of getting drunk, his bizzare hobbies of shooting rats and watching passing trains, his dreams of fame and fortune, his strange obsession with the better-known guitarist Django Reinhardt, and of course, playing his beautiful music.
"Precioso homenaje de Woody Allen al jazz (...) mantiene la calidez y la calidad del cine de Allen, con el añadido de que es un guión escrito con amor hacia el arte que más conmueve y divierte al más grande de los cineastas norteamericanos en activo. (...) espléndidas interpretaciones del difícil Sean Penn y de la voluptuosa Uma Thurman"
(Carlos Boyero: Diario El Mundo)
"Un prodigio filmado a ritmo de jazz (...) Un choque de genios. Otro salto de Allen a la cumbre luminosa y amarga de la gran comedia"
(Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
"Una de las mejores comedias del mejor de los comediantes y directores de las últimas décadas"
(Javier Rioyo: Cinemanía)
"Maravillosa"
(E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
"Suave y confidencial. Tiene dioses y monstruos dentro (...) Samantha Morton es mágica"
(Maruja Torres: Diario El País)
1999: 2 Nominaciones al Oscar: Mejor actor (Sean Penn), actriz secundaria
1999: 2 nominaciones al Globos de Oro: Actor, actriz secundaria (Samantha Morton)
Director: Woody Allen
Intérpretes: Sean Penn, Samantha Morton, Uma Thurman, Anthony LaPaglia, Gretchen Mol, John Waters, Dan Moran
Guión: Woody Allen
Fotografía: Fei Zhao
Título Original: Sweet and Lowdown
Año: 1999
País: EE.UU.
Duración: 98 min.
Género: Comedia
0 comentarios:
Publicar un comentario