Jordan da con la estructura narrativa idónea. Marca con precisión los avatares históricos, como señales en el camino, que guían el relato. Y a la vez insufla vida a los caminantes de la historia: Michael Collins, generoso y legendario (magnífico Liam Neeson, premiado en el Festival de Venecia); Eamon de Valera (Alan Rickman), primer presidente irlandés, político y al que se presenta como envidioso del carisma de Collins; Harry Boland (Aidan Quinn), cuya amistad con Collins se resiente por una disputa amorosa y diferencias políticas; Ned Broy (Stephen Rea), espía en campo británico; Kity Tiernan (Julia Roberts), con el corazón dividido entre Boland y Collins... La humanidad y señas de identidad de los personajes enriquecen la narración, evitando que caiga en la fría exposición de hechos. Afirma el director que su película es "simplemente, una lección de historia". Pero es inevitable plantearse si es posible un cine histórico. ¿Hasta dónde ha de sujetarse a los hechos ciertos conocidos? ¿Con qué margen se cuenta para la conjetura? Jordan, además de tomar partido por la causa irlandesa, carga las tintas en la utilización política de Collins por De Valera en las negociaciones con los ingleses, y arroja la duda sobre la posible implicación del presidente en el asesinato de Collins. El director narra una epopeya, y todos los elementos del film apuntan en tal dirección. Pero la puesta en escena, prodigiosa, conjuga a la perfección drama intimista con acción. Los movimientos de masas están perfectamente coreografiados, el suspense de la entrada en una fortaleza inglesa es sobrecogedor; y a la vez, está la soledad del héroe, sus dudas, bien reflejadas en imágenes. La fotografía de Chris Menges da un maravilloso y realista aire de época, gracias a una rica paleta de grises, azules, verdes y marrones; la partitura de Elliot Goldenthal contribuye al aire épico. La narración en montaje paralelo de algunas escenas -una serie de atentados nocturnos, el asesinato de Collins- son de un vigor formidable. El León de Oro a la mejor película en el Festival de Venecia 1996 está plenamente justificado.
After the disastrous defeat of Irish rebels by superior British forces during the Easter Week rebellion of 1916, Michael Collins develops new strategies for the independence of Ireland. His tactics include what is now recognized as urban guerrilla tactics and organized assassinations of G-Men, those Irish who work as informers for the British, and later members of British intelligence. Although Collins is conflicted about the necessity of this violent course, by 1921 the British are willing to negotiate and Sinn Fein President Eamon de Valera sends a reluctant Collins to London to negotiate a settlement. When Collins returns with a compromise of a divided Ireland and an Irish Free State, not a Republic, he is vilified by de Valera and repudiated by lifelong friend Harry Boland after Boland learns that his girlfriend Kitty Kiernan is in love with Collins, not him. Collins is now faced with civil war as he struggles against those who insist on complete freedom for all of Ireland.
1996: 2 nominaciones al Oscar: Mejor fotografía, banda sonora original - drama
1996: 2 nominaciones al Globo de Oro: Mejor actor drama (Liam Neeson), bso
1996: 2 nominaciones BAFTA: Mejor fotografía, actor de reparto (Alan Rickman)
1996: Festival de Venecia: Copa Volpi Mejor actor (Neeson), León de Oro (Neil Jordan)
"Sobria, poderosa, impactante, emocionante, estupenda"
(Jorge Barriuso: Cinemanía)
"Intensa, compleja, dolorida"
(Carlos Boyero: Diario El Mundo)
Director: Neil Jordan
Intérpretes: Liam Neeson, Aidan Quinn, Alan Rickman, Stephen Rea, Julia Roberts, Ian Hart, Brendan Gleeson, Charles Dance, Stuart Graham, Sean McGinley
Guión: Neil Jordan
Música: Elliot Goldenthal
Fotografía: Chris Menges
Año: 1996
País: EE.UU.
Duración: 133 min.
Género: Drama, Histórico
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