Maravilloso film del director Wong Kar Wai, quien había puesto muy alto el listón tras sus anteriores trabajos, las películas que conforman su díptico Deseando amar (In the Mood for Love) y 2046. Tres años después de cerrar la historia de amor imposible entre el escritor Chow y la bella Su Li-Zhen, narrada con una sensibilidad poco común, el cineasta hongkonés entrega su primera producción norteamericana, en lo referente a las localizaciones de rodaje y al reparto artístico, que reúne a unos cuantos actores de renombre internacional. Pero si la cosa es novedosa en esos aspectos, en otros -en el principal- el trabajo de Kar Wai permanece inalterable, pues vuelve a hablarnos de amor: de su insaciable búsqueda por parte del ser humano, de las dificultades para retenerlo, del dolor de la pérdida, de su recuerdo... Romanticismo en estado puro.
Estamos ante una película extraordinaria. Sin paliativos. Es muy reconfortante que la mirada de Wong Kar Wai siga siendo la de un joven cuando habla del amor, la de un joven experimentado eso sí, nada pueril, pero también la de un hombre lleno de esperanza y sin pizca de cinismo, la de alguien que aún cree de verdad que el corazón de las personas está hecho para amar, para darse y para recibir amor, por muy mezquinos que sean los sentimientos que podamos albergar. Hay una ternura grandiosa cuando el cineasta habla de sus personajes, comprende sus anhelos y así los quiere, y después logra el milagro de que el espectador sienta exactamente lo mismo por ellos. Y esta vez, en la mirada de Kar Wai hay menos amargura que otras veces y sí un amplio panorama lleno de esperanza. Gran parte del mérito final de esta peculiar "road movie" está en el fantástico reparto. Sorprende increíblemente el debut de la cantante Norah Jones, que interpreta admirablemente a la bondadosa y tierna protagonista. Pero todos están perfectos, con atención especial para la pareja formada por David Strathairn y Rachel Weisz.
Pero Kar Wai sigue fiel a su mirada y a esas constantes antes mencionadas: el recuerdo amoroso -"vine para recordar lo que sentí entonces"-, el paso del tiempo, externo e interno... Se permite incluso el capricho de introducir un par de veces los acordes de "Yumeji's Theme", la música compuesta por Shigeru Umebayashi e inmortalizada en Deseando amar. También demuestra el cineasta oriental, autor de todos sus guiones, que sigue siendo un consumado escritor. "Esto sabe verdaderamente horrible, ¿pero acaso la gente bebe por el sabor? Ponme otra", dice un atormentado personaje tras tomar de un trago una copa de vodka. ¡Y cómo le gusta jugar a las palabras, a su significado oculto! Ya sólo el título es un buen ejemplo, entre otros muchos.
Capítulo aparte merece la belleza estética de la película. Muy pocas veces se puede encontrar en una pantalla de cine una colección de imágenes tan expresivas, tan luminosas, tan perfectas. Wong Kar Wai hace magia con ellas y transforma los sentimientos en colores, con esos tonos rojos tan absorbentes, que convierten muchos de los encuadres en postales de un preciosismo fabuloso. Y, como siempre, la música -un elenco muy agradable de canciones- tiene vital importancia y la compenetración sonido-imagen es perfecta. Es posible que alguien pueda criticar este aspecto del film y también achacar a este tratamiento formal una importancia excesiva y artificial, o quizá como causa de cierta ralentización del ritmo narrativo. Podría ser, pero en todo caso sólo serían reproches mínimos en un conjunto absolutamente delicioso.
Elizabeth's heart is broken. For solace, she drops in late at night a few times at Jeremy's diner for blueberry pie a la mode; they talk. Once, he watchers her sleep, her head on the counter. Abruptly, she leaves New York City to get away from her pain. She works a couple of jobs in Memphis. There, a heart-broken cop is drinking himself into oblivion, his ex occasionally showing up where he drinks and Lizzy works. Then, she's in Nevada, working at a casino where she uses her savings (she wants a car) to stake Leslie, a busted gambler, in a high rollers' game. After, Beth drives Leslie to Vegas where Leslie's estranged father lives. Broken relationships. What about Jeremy?
"Tras los 90 minutos de 'My Blueberry Nights', los cuales transcurren agradablemente entre remolinos de colores, caras bonitas y música agradable, es posible que te sientas un poco aletargado; lleno, atiborrado de azúcar, pero no realmente satisfecho." (A. O. Scott: The New York Times)
"Una hipnótica inmersión en la vida de una mujer en busca de sí misma. (...) preciosa banda sonora." (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
"Bellísima en lo que atañe a su envoltorio, aunque algo meliflua en su componente dramático. (...) su retahíla de historias nunca acaban de emocionar. Alguna de ellas, ni siquiera de enganchar." (Javier Ocaña: Diario El País)
"Cine empapado de desmayo. (...) Película profunda e impúdicamente romántica, es en el fondo un elogio del beso como efecto y detonante." (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
"Propuesta fascinante que hace de la intimidad y de la belleza un espectáculo hipnótico sustentado sobre las señas de identidad del director. (...) Lo mejor: cierto tipo de atrevimiento estético y narrativo inimaginable en ningún cineasta occidental, como el magnífico plano final." (Alberto Bermejo: Diario El Mundo)
Director: Wong Kar-Wai. Intérpretes: Norah Jones (Elizabeth), Jude Law (Jeremy), David Strathairn (Arnie), Rachel Weisz (Sue Lynne), Natalie Portman (Leslie), Chan Marshall (Katjia). Guión: Wong Kar-Wai y Lawrence Block; basado en un argumento de Wong Kar-Wai. Música: Ry Cooder. Fotografía: Darius Khondji. País: Hong Kong, China y Francia. Año: 2007. Duración: 111 min. Género: Drama.
0 comentarios:
Publicar un comentario