Una de las obras maestras indiscutibles del cine negro, basada en una novela corta de James M. Cain, convertida en guión por otro maestro del género, Raymond Chandler, y por el genial Billy Wilder. La historia sigue con un largo flash-back, que concluye con el encuentro de Keyes y Walter (que mantienen una suerte de relación paternofilial) con un recurso muy efectivo y visual: durante todo el metraje, Keyes está buscando cerillas para encender sus cigarros, lo que nos habla de una apertura, de que el personaje necesita a los otros a pesar de un lobo solitario; por ello, Wilder prescindió de la escena de la cámara de gas, que había supuesto un fuerte desembolso económico, para concluir con el momento en que Keyes que da fuego al malherido Walter. Entre medias, el cuerpo del film, tenemos a un agente de seguros que visita a un cliente para negociar una póliza de doble indemnización, que beneficiará a su esposa en caso de muerte. El encuentro con ésta, Phyllis Dietrichson, es `mortal' de necesidad desde el principio. Ella es hermosa y seductora, coquetea con él descaradamente, en albornoz y con su tobillera. Su progresivo conocimiento hará que se conviertan en amantes, y Phyllys, `mujer fatal', propondrá un crimen, que deberá parecer accidente, en un tren, para que puedan disfrutar del dinero del seguro. Pero matar no es tán fácil, y salir impune del crimen, menos. La escena en que ambos ocupan un automóvil, que no acaba de arrancar, es una de las muestras más expresivas de suspense que ha dado la historia del cine. Contaba Fred MacMurray sobre su filmación: "Yo lo hacía deprisa, y Billy [Wilder] repetía una y otra vez 'Haz que dure más, haz que dure más'; al final le grité: `Por el amor de Dios, Billy, no puede sostenerse tanto tiempo', y él respondió de nuevo `Haz que dure más'. Y tenía razón." Y Wilder explicaba también: "Siempre he creído que la sorpresa no es tan eficaz como el suspense".
Cain se basó en un suceso real que dio mucho que hablar en la prensa amarilla de la época: Ruth Snyder, logró convencer a un vendedor de corsés, Judd Gray, para que le ayudara a asesinar a su marido. Frente a la novela original, el guión de Chandler y Wilder añadió una segunda historia amorosa: Walter se ve atraída por Lola, la hijastra de Phyllis, lo que acentuará sus remordimientos por implicarse en una acción criminal. Y ya que era difícil hacer creíble que un tipo llegue al extremo de `engatusar' a la hija del hombre que ha matado, se dio una mayor entidad a Keyes, verdaderamente `llave' de la película, pues es el personaje que representa la integridad moral.
"Obra absorbente y trágica que combina sordidez y pasión para mostrar a Barbara Stanwyck como una de las femmes fatales más fascinantes de la historia del cine. (...) Un derroche de maestría que marcó los códigos visuales del género" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
1944: 7 nominaciones al Oscar, incluyendo película, director, actriz (Stanwyck), guión
Todo un referente del cine negro y del cine en general. Imprescindible. El Coleccionista.
American Film Institute ha catalogado esta película en el puesto 29 entre las 100 Mejores películas de los últimos 100 Años.
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