Tinto Brass denunció que el productor Guccione había incluido sin su consentimiento escenas X, rodadas por otro equipo a sus espaldas. Por esa razón ahora hay dos versiones: la pensada por Brass, más o menos atrevida pero apta para salas comerciales, y una versión extendida, alargada por el productor Bob Guccione con planos de sexo real: coitos, felaciones hetero y homosexuales, eyaculaciones, lluvia dorada y pinceladas de zoofilia y sadomasoquismo. Estas escenas fueron rodadas por figurantes de cine pornográfico, no por los actores principales, y se intercalaron, en su mayoría, en el tramo final de la película, durante una orgía en un barco.
La película suscitó críticas para todos los gustos y quedó más bien como un hito del cine erótico, más que histórico. Con el tiempo, su estética bizarra la convirtió en una obra de culto.

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