El FBI cuenta con un departamento que se dedica únicamente a investigar y perseguir a los delincuentes que actúan en Internet. La agente especial Jennifer Marsh (Diane Lane) creía haberlo visto todo... hasta ahora. Un depredador cibernético cuelga torturas y asesinatos en su página web. El destino de sus prisioneros depende del público: cuantas más visitas registre su página web, más deprisa morirán las víctimas. Cuando el juego del gato y el ratón se convierte en algo personal, Jennifer y su equipo deberán lanzarse a una carrera contrarreloj para encontrar a este asesino.
Convencional thriller dirigido por el artesano Gregory Hoblit, que llamó especialmente la atención tras La guerra de Hart. Aquí ofrece un film muy a su estilo, cuya trama gira en torno a la aparición de un asesino en serie que por medio de sofisticados mecanismos logra que la muerte de sus víctimas pueda observarse por internet en tiempo real. Es más, su mente enferma ha diseñado un sistema por el que son los propios cibernautas quienes las torturan y matan, ya que cuantas más visitas tenga la página más rápido morirá el pobre infeliz de turno. Tras la pista del psicópata está la agente del FBI Jennifer Marsh, especializada en delitos informáticos.
Lo mejor del film son la lograda ambientación y el tono oscuro de la historia, pero esto no es suficiente para ensalzar un guión pobre, sin aristas, y cuyo punto central ya está demasiado cogido por los pelos. Es cierto que ofrece una seria crítica a la utilización irresposable de internet y a la tendencia enfermiza que muchos usuarios tienen al voyeurismo y a la complicidad con el mal, amparados en el anonimato que proporciona la red. Pero el desarrollo del argumento propiamente dicho es excesivamente lineal, de modo que los hechos no hacen otra cosa que seguir su curso natural, sin giros ni sorpresas. Todo se reduce a un sencillo juego del ratón y el gato, y ni siquiera el simple y algo tramposo desenlace es satisfactorio. Por otra parte, los personajes son superficiales y tienen tan poco recorrido, que aunque Diane Lane se esfuerza meritoriamente con su papel, el resultado sólo puede llegar a correcto. Por destacar algo se pueden mencionar las "originales" y terribles torturas ideadas por el asesino, y la escena de la grabación de la casa.
A secret service agent, Jennifer Marsh, gets caught in a very personal and deadly cat-and-mouse game with a serial killer who knows that people (being what they are - both curious and drawn to the dark side of things) will log onto an "untraceable" website where he conducts violent and painful murders LIVE on the net. The more people who log on and enter the website, the quicker and more violently the victim dies.
"Puede que veas 'Untraceable', como yo, como un repugnante ejemplo del voyerismo que pretende condenar." (Stephen Holden: The New York Times)
"Ya desde su primera escena, 'Untraceable' no es el sofisticado y agudo thriller que está a punto de ser, sino simplemente otra película sobre un asesino en serie." (Ann Hornaday: The Washington Post)
"El discurso puede parecer maniqueo y, en su parte final, cerca del desvarío. Pero se basa en un hecho incontestable: la fascinación por la violencia" (Javier Ocaña: Diario El País)
Director: Gregory Hoblit. Intérpretes: Diane Lane (Jennifer Marsh), Billy Burke (detective Eric Box), Colin Hanks (Griffin Dowd), Joseph Cross (Owen), Mary Beth Hurt (Stella), Daniel Liu (Tom Moy), Perla Haney-Jardine (Annie), Peter Lewis (Richard Brooks), Chris Cousins (David Williams), Brynn Baron (Sra. Miller). Guión: Robert Fyvolent, Mark R. Brinker y Allison Burnett.Música: Christopher Young. Fotografía: Anastas Michos.País: USA. Año: 2008. Duración: 100 min. Género: Thriller.
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