La sociedad evoluciona constantemente y la tecnología también. Los ordenadores comienzan una carrera imparable hacia su humanización; esta película es una metáfora de eso: de hacer convertir a las máquinas en algo con conciencia, tan humanas como nosotros, algo de lo que se viene especulando, y todavía se hace, desde hace mucho en las mentes de científicos o pensadores de distinto tipo, traslación a nuestro mundo terrenal del papel de Dios y la creación del hombre y que se plasmó en otras películas de ciencia ficción como la mítica 2001, Una odisea del espacio.
Aquí el tema es tratado en tono de comedia ligera romántica, de género fantástico y con la inspiración de la música de Giorgio Moroder, icono de la música tecno pop y creador de multitud y conocidas bandas sonoras de cine.
Este músico es el protagonista también de la película, pero no sale como actor, su música es la protagonista porque forma parte fundamental de la trama, de un ordenador enamorado de la vecina de su dueño; de su interior sale esa música que lo ambienta todo y nos transporta a unos años 80 divertidos, alegres, que ilusionan por todo lo que ofrece el futuro y sus enormes posibilidades que pasan por ordenadores como el protagonista de la historia.
La gente que ve esta película no podrá dejar de sentir nostalgia por esa década ya que elementos que la recuerdan no faltan y son explotados en una especie de fiesta de los sentidos, de apología de la alegría y las ganas de vivir (desprende un gran vitalismo), y en un final absolutamente desbordante en el que se da vía libre a esas manifestaciones vitales con bailes a dúo o en grupo, música de Moroder a todo trapo e imágenes de estilo videoclip años 80, que no dejan de impregnarte de alguna dosis de felicidad, aunque para el que escribe esto haya algo de componente hortera en el conjunto, la película acaba y la metáfora también;
y esa alegoría no puede ir más allá igual que no lo puede hacer el ordenador enamorado, sustituido en su empeño por conquistar a la mujer por su dueño, alguien que sí merece el amor de la chica al igual que lo merecería el ordenador de ser una persona de carne y hueso. Su interior es muy parecido al de su dueño, sólo que éste no sabe componer música.
This upbeat love story features an architect named Miles who decides to modernize his life by buying a computer. Not knowing a thing about them he purchases the biggest most power system he can get ahold of, and wastes no time in having all sorts of accidents - dropping it, spilling wine on it, cross wiring it. All of which ends up causing something amazing to happen, the computer gains self-awareness! Using it's word processor, speakers and microphone the computer learns to communicate with Miles and they become friends as he teaches it about life. Then a pretty cello player moves in next door and the shy Miles and super-intelligent but inexperienced computer conspire to get her to love Miles in the best tradition of Cyrano. After the computer and the woman start to share music together through the heating ducts the computer falls for the woman too. Soon man and machine are battling for who has the right to date her. In the end the computer concludes that it doesn't have a chance with the woman and wishes the couple a happy life together. It downloads itself into the electrical system and departs for destinations unknown, but not before invading a local radio station's computers to request a musical tribute to the new couple.
Director: Steve Barron. Intérpretes: Lenny von Dohlen, Virginia Madsen, Maxwell Caulfield, Don Fellows, Alan Polonsky, Wendy Miller, Miriam Margolyes. Guión: Rusty Lemorande. Música: Giorgio Moroder. Fotografía: Alex Thomson. Título Original: Electric Dreams. Año: 1984. Duración: 95 min. Género: Comedia Romántica. Ciencia-Ficción
Soundtrack
1. Electric Dreams - P.P. Arnold
2. Video - Jeff Lynne
3. The Dream - Culture Club
4. The Duel - Giorgio Moroder
5. Now You're Mine - Helen Terry
6. Love Is Love - Culture Club
7. Chase Runner - Heaven 17
8. Let It Run - Jeff Lynne
9. Madeline's Theme - Giorgio Moroder
10. Together In Electric Dreams - Giorgio Moroder-Philip Oakey
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