El crítico mallorquín Daniel Monzón levantó grandes esperanzas cuando debutó como guionista con Desvío al paraíso, pero posteriormente su carrera como director ha sido desastrosa. El corazón del guerrero era una aburrida mezcla de fantasía, drama y humor cutre tipo Torrente, mientras que El robo más grande jamás contado era una parodia del cine de robos, con gags en la misma línea chabacana y con interpretaciones histriónicas. Así las cosas, Monzón eleva sustancialmente el nivel con este thriller serio, de producción española pero rodado en inglés, con un protagonista tan solvente como Timothy Hutton, que ganó un Oscar con Gente corriente, y que fue el pianista a punto de casarse en Beautiful Girls.
El actor californiano interpreta con oficio y seguridad a David Norton, un escritor de novelas de ciencia ficción que recala en Mallorca para dar una conferencia, tras ser contratado por un misterioso individuo. Le acompaña su prometida, a la que aprovecha para pedir en matrimonio. Pero ésta fallece tras caer inesperadamente por la ventana, en lo que parece un intento de suicidio. Cuando está en el aeropuerto a punto de abandonar la isla, le aborda una misteriosa chica que también cayó por la ventana. El asunto guarda muchas similitudes con la trama de la primera novela de Norton, en la que el estado implantaba un chip en la cabeza de los ciudadanos, para incitarles al suicidio en caso de que se volvieran peligrosos. Quien sea que haya orquestado la trama criminal es un lector que conoce la obra de Norton al dedillo.
El propio Monzón ha escrito con Jorge Guerricaechevarría, habitual de las películas de Álex de la Iglesia, un guión con numerosos puntos de interés, en torno a los límites de los avances científicos, y los efectos perversos de la creación artística. Aunque todo se queda en un MacGuffin, expresión acuñada por Hitchcock para referirse a una excusa que propicie un thriller inquietante. El cineasta consigue efectivamente mantener la tensión, logra alguna buena escena de suspense, y maneja muy bien al reparto internacional, en el que además de Hutton están presentes el irlandés David Kelly y la española Lucía Jiménez. Es una pena que teniendo los medios y los actores propicios el film no haya fructificado en algo de mayor entidad, con momentos memorables.
David Norton is used to being in control. As a best-selling author, he decides the fate of his characters, their lives and their deaths. But what happens when his fictional world becomes all too real? David arrives in Majorca for a conference. Everything seems to be going well until his fiancée suddenly jumps to her death from their hotel balcony. As David desperately searches for a reason for her sudden demise, people start inexplicably committing suicide all around him. David becomes the reluctant hero of one of his own stories, but this time, he has no idea how it ends. He meets Silvia who has survived her own suicide attempt, and together they are plunged into a nightmarish game that could spell disaster for the whole of mankind. To prevent this, David must now do what nobody else has done: he must somehow find a way to escape from The Kovak Box.
""Un buen ejemplo de cine negro que se queda en gris pálido. La ves, sales, dices, 'sí, está bien', pero punto, se acabó." (José Manuel Cuéllar: Diario ABC)
"Una historia más avispada que inteligente, que en ningún momento deja de interesar a pesar de la evidente falta de química de la poco plausible pareja protagonista (...) Dirigida con oficio aunque sin demasiada personalidad" (Javier Ocaña: Diario El País)
"Un thriller conspiranoico que sobreexcita la voluntad analítica del cronista (...) Con un guión capaz de mudar la piel sin trampas." (Jordi Costa: Fotogramas)
"Intrigante y original trama de misterio (...) eficaz y entrenido thriller de ciencia-ficción con un final pelín grandilocuente." (Omar Khan: Cinemanía)
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