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Manolo Bonilla (John Leguizamo), presentador estrella de un programa de noticias sensacionalistas de Miami, viaja junto con su equipo a una pequeña ciudad ecuatoriana para cubrir la historia de un asesino en serie de niños, el Monstruo de Babahoyo. La muerte accidental de un niño lleva a los habitantes de la ciudad al borde de linchar a Vinicio Cepeda (Damián Alcázar), un humilde vendedor ambulante. Sin embargo, la intervención de Manolo salva la vida del hombre. Vinicio es encarcelado por homicidio involuntario y ofrece a Manolo información sobre el Monstruo a cambio de que Manolo emita un reportaje sobre su injusto encarcelamiento. Manolo acepta, atraído por el lado oscuro que intuye en Vinicio, y pronto empieza a saltarse las reglas, decidido a ser el héroe que, sin ayuda de nadie, detenga al asesino.
Interesante segundo film del ecuatoriano Sebastián Cordero (Ratas, ratones, rateros), avalado por una peculiar pareja de productores, los mexicanos Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro. El guión, sobrio y directo, habla de la relación entre la noticia y la verdad, y de la siempre formulada cuestión acerca de los límites entre el trabajo periodístico, siempre ávido del éxito y de la actualidad, y el deber de servir al bien y a la justicia. Cordero no da razones acerca de lo correcto o no de la decisión de sus personajes, pero sin ápice de frivolidad muestra con acierto lo que hay: que la propias acciones tienen consecuencias muchas veces no deseables. Se puede escapar de ellas, amparándose en la ética del trabajo, o quizá aislándose con drogas, pero no se pueden ocultar. El film retrata también la desproporcionada influencia de los medios de comunicación, llamados tan justamente el cuarto poder, y cómo resulta enormemente fácil manipular a la voluble población. Cordero filma con inusitada intensidad -la secuencia inicial del linchamiento es tremenda, de una brutal cercanía-, reforzada por la profusión de primeros planos, de modo que la sensación de barro, tierra y suciedad es constante y embadurna todo la película. Las localizaciones en el pueblo son muy realistas, y están muy bien recogidas por la notable fotografía de Enrique Chediak. Y entre el reparto, todo él muy convincente, con John Leguizamo y la española Leonor Watling a la cabeza, hay que hacer una mención especial a la soberbia interpretación de Damián Alcázar, quien compone un Vinicio muy verosímil, tan lleno de aristas como de naturalidad.
Miami Latino TV 'Hour of Truth' star reporter Manolo Bonilla convinces his producer and lover (but the boss' wife), to stay in Babahoyo (Ecuador) where they reported on a mysterious serial rapist-killer. Vinicio Cepeda, who was jailed by mistake, is promised an interview to disclose what he heard from the mystery killer. Manolo is convinced Vinicio will ultimately confess, but his version seems to check out.
"Revela oficio y logra plasmar, en sus primeros minutos, un verosímil estallido de violencia colectiva y visceral, pero peca de ingenuidad y recurre a la insistencia a la hora de formular su mensaje" (Jordi Costa: Diario El País)
Dirección y guión: Sebastián Cordero. Interpretación: John Leguizamo (Manolo Bonilla), Damián Alcázar (Vinicio Cepeda), Leonor Watling (Marisa), José María Yazpik (Iván), Gloria Leyton (Esperanza), Camilo Luzuriaga (detective Bolívar Rojas). Música: Antonio Pinto. Fotografía: Enrique Chediak. Países: México y Ecuador. Año: 2004. Duración: 108 min. Género: Thriller.
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