Estamos en el año 1976. Norma Lewis (Cameron Diaz) es profesora en un instituto privado y su marido, Arthur (James Marsden), es ingeniero de la NASA. Son, en todos los aspectos, una pareja normal que lleva una vida normal en las afueras de la ciudad con su hijo Walter, de 9 años... hasta que un hombre misterioso con un rostro horrible y desfigurado aparece en su puerta y presenta a Norma su propuesta de vida alternativa: la caja. Norma y Arthur, que sólo tienen 24 horas para decidirse, se enfrentan a un dilema moral imposible. Lo que no saben es que, decidan lo que decidan, ya han empezado a desencadenarse terribles consecuencias. Pronto descubren que no pueden controlar las ramificaciones de su decisión y que éstas se extienden mucho más allá de su destino.
Tercer largometraje de Richard Kelly, considerado un director de culto por los amantes de las excentricidades cinematográficas desde que rodó Donnie Darko, en 2001. Desde entonces sólo ha dirigido la poco difundida Southland Tales, y escribió el guión de Domino, para Tony Scott. Esta vez, Kelly -también guionista- ha tomado como punto de partida el cuento corto "Botón, botón", del maestro del género fantástico Richard Matheson, si bien su trama está muy alargada y reinterpretada.
Norma (profesora) y su marido Arthur (ingeniero de la NASA), son un matrimonio normal, padres de un niño, que un día oyen sonar el timbre de su vivienda unifamiliar. Al abrir la puerta, no hay nadie, pero les aguarda una misteriosa caja que alguien les ha dejado. Contiene un artefacto que no se sabe muy bien qué es, y anuncia la visita inminente de un tal Arlington Steward. Éste se presenta a la hora señalada, habla con Norma y le explica que si pulsa el botón de tan curioso aparato ocurrirán dos cosas: alguien a quien no conoce morirá, y ella recibirá un millón de dólares. Lógicamente, a Norma y a su marido les aterra acabar con la vida de un ser humano, pero el millón de dólares les ayudaría a pagar deudas...
Como en su cine anterior, Kelly sigue fiel a su estilo, claramente deudor de David Lynch. Y es que logra momentos inquietantes con un tono surrealista similar al del director de Terciopelo azul, la secuencia del amenazador alumno que quiere ver el pie lesionado de su profesora. Varios elementos están descaradamente tomados de Carretera perdida, como la conversación terrorífica telefónica de Cameron Díaz con Frank Langella, o el paquete misterioso que los protagonistas reciben en su casa. Pero estos fragmentos de impacto no son suficientes para sostener una trama que acaba siendo demasiado críptica y poco creíble pues, ¿cómo puede aceptar el espectador que los protagonistas tienen problemas económicos -por eso se ven obligados a pulsar el botón- si viven en una casa de lujo y conducen un coche carísimo?
El reparto es desigual. Mientras que Frank Langella mantiene su nivel habitual como el escalofriante y carismático Arlington Steward, la especialista en comedias románticas Cameron Díaz no acaba de resultar creíble en un thriller, y tanto ella como el otro actor principal, James Marsden, se limitan a poner una cara de circunstancias muy seria que no resulta convincente. Todos estos defectos diluyen sus críticas -procedentes del cuento de Matheson- al egoísmo humano y a la insolidaridad, pues el dilema moral al que se enfrentan los protagonistas va perdiendo interés conforme el espectador se distancia de los hechos que suceden en la pantalla.
Norma and Arthur Lewis, a suburban couple with a young child, receive a simple wooden box as a gift, which bears fatal and irrevocable consequences. A mysterious stranger delivers the message that the box promises to bestow upon its owner $1 million with the press of a button. However, pressing this button will simultaneously cause the death of another human being somewhere in the world, someone they don't know. With just 24 hours to have the box in their possession, Norma and Arthur find themselves in the cross-hairs of a startling moral dilemma and must face the true nature of their humanity.
"Tocando algunas teclas bien y muchas mal (...) El film revela el peligro de adentrarse en terrenos de 'Twilight Zone' demasiado lejos y demasiado serio. Con todo, (...) entretiene a ratos."
(Jordan Mintzer: Variety)
"Un fiasco artístico que cruza las bordes de géneros y de toda lógica (...) Kelly ambienta su sinsentido en una mundo que es demasiado real. La pesadilla lógica se siente falsa"
(Kirk Honeycutt: The Hollywood Reporter)
"Es una de las propuestas más ambiciosas, extrañas, imprevisibles y cerebrales del reciente cine fantástico. (...) a salvo de las inercias de estilo, efectismos y lugares comunes"
(Jordi Costa: Diario El País)
"El espectador ha de decidir si está ante un dilema moral, en el interior de una película de intriga, de ciencia-ficción o una broma sin más. Y es esa búsqueda del terreno que pisar lo que hace trastabillear a la película."
(E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
"Batiburrillo sin sentido (...) el cásting es lamentable (...) Lo mejor: Frank Langella."
(Alberto Luchini: Diario El Mundo)
Director: Richard Kelly.
Intérpretes: Cameron Diaz (Norma), James Marsden (Arthur), Frank Langella (Arlington), Michael Zegen (Garcin), Gillian Jacobs (Dana), Lisa K. Wyatt (Rhonda), Andrew Levitas (Carson), Basil Hoffman (Don Poates).
Guión: Richard Kelly; basado en el relato corto “Button, button” de Richard Matheson.
Música: Win Butler, Régine Chassagne y Owen Pallett.
Fotografía: Steven B. Poster.
País: USA.
Año: 2009.
Duración: 115 min.
Género: Thriller, Suspense.
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