Fiel adaptación estadounidense del notable film alemán Deliciosa Martha. El original de Sandra Nettelbeck era un título formidable, y el propósito de la versión de Scott Hicks (Shine, Mientras nieva sobre los cedros) parece no haber sido otro que el de dar a conocer la misma historia a un público más amplio. No nos engañemos: una película alemana, de directora y actores desconocidos (Sergio Castellitto es lo más próximo a un rostro popular que tiene el film de 2001) tiene un alcance bastante restringido. De modo que podrá gustar más o menos esta revisitación, que básicamente mimetiza la trama original con intérpretes americanos, pero está claro que logra sobradamente su objetivo. Por otra parte, no deja de tener gracia que clamen contra el "remake" los mismos que cantan la genialidad de títulos como el oscarizado Infiltrados de Martin Scorsese, adaptación de lo que califican -casi siempre sin haberlo visto- de película hongkonesa "menor", Juego sucio (2002); lo cierto es que la comparación de ambos casos, Sin reservas e Infiltrados, no es, en absoluto, odiosa.
El secreto de este film, que cuenta una emotiva historia dramática con inteligentes contrapuntos humorísticos, es su inmensa humanidad, que nos recuerda lo gratificante que es ocuparnos de los demás, dejando a un lado las manías personales que nos impiden "respirar". Todo con un montón de ideas felices, como la cámara frigorífica en que Kate se desahoga, o el modo en que Nick consigue que Zoe vuelva a comer. Si de encontrar novedades con respecto a Deliciosa Martha se trata, pocas se pueden reseñar; quizá la composición de Catherine Zeta-Jones convierte a su personaje en más frágil y humano, frente a la dureza a machamartillo del original, quizá más entendible en alguien germánico; algunos temas musicales que funcionaban se repiten, pero está muy bien incorporada la nueva partitura de Philip Glass. La idea es que no se trata de reinventar, sino de ofrecer una nueva versión, y hace bien Hicks en tener bien clara esa idea. Puede no obstante permitirse alguna novedad menor en Kate -su compra del mejor pescado, sus partidas de monopoly y batallas de almohadas con su sobrina-, pero su propósito no es otro que rodar en inglés, con un atinado reparto -además de Zeta-Jones, los en alza Aaron Eckhart, Patricia Clarkson, Bob Balaban y Abigail Breslin- una historia de alcance universal. Ni más. ni menos.
A master chef, Kate, lives her life like she runs the kitchen at upscale 22 Bleecker Restaurant in Manhattan--with a no-nonsense intensity that both captivates and intimidates everyone around her. With breathtaking precision, she powers through each hectic shift, coordinating hundreds of meals, preparing delicate sauces, seasoning and simmering each dish to absolute perfection.
"La historia es entretenida y evita el sentimentalismo (...) No es tan deliciosa como la original [Mostly Martha, 2001], pero la traslación merece la pena, pues mantiene la sustancia y el subtexto intacto."
(Claudia Puig: USA Today)
"Ya hay una película sobre los frenéticos entresijos de un restaurante en cartelera este verano, y tiene una historia mejor, y es de animación, y la protagoniza una rata."
(Hank Stuever: The Washington Post)
"Fast food coqueto. (...) sencilla pitanza sabrosona para paladares a los que nos les interesen las deconstrucciones ni hidrogenizaciones culinarias a la hora de matar el gusanillo en una sala de cine."
(Javier Cortijo: Diario ABC)
"Todo sin excepción resulta ñoño y llamativamente insípido."
(Alberto Bermejo: Diario El Mundo)
Director: Scott Hicks.
Intérpretes: Catherine Zeta-Jones, Aaron Eckhart, Abigail Breslin, Patricia Clarkson, Jenny Wade, Bob Balaban, Brian F. O'Byrne, Lily Rabe, Eric Silver, Arija Bareikis, John McMartin, Celia Weston, Zöe Kravitz, Matthew Rauch, Dearbhla Molloy.
Guión: Carol Fuchs.
Música: Philip Glass.
Fotografía: Stuart Dryburgh.
Título Original: No Reservations.
Año: 2007.
Duración: 98 min.
Género: Comedia, Drama, Romántico.
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